
«La situación de la pandemia evidenció y amplificó el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya tantos padecían y puso al descubierto nuestras falsas seguridades y las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente nos laceran. Los más frágiles y vulnerables experimentaron aún más su vulnerabilidad y fragilidad. Hemos experimentado el desánimo, el desencanto, el cansancio, y hasta la amargura conformista y desesperanzadora pudo apoderarse de nuestras miradas…» (Cf. Domund 2021)
La Jornada Mundial de las Misiones, es la celebración de la Catolicidad y de la Universalidad del amor de Jesús a todos los Pueblos, a todas las periferias del Orbe Católico… es el momento de «virar y sentir más allá de nuestras propias fronteras…». No dejar de hablar de lo que hemos visto y oído, implica superar el «distanciamiento religioso» ad gentes (hacia los Pueblos que no son mi Pueblo…), y se necesita el «don» de la «parresia»:
« “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20), es una invitación a cada uno de nosotros a “hacernos cargo” y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón.